sábado, 28 de abril de 2012

TEMA 8 LA INMOVILIDAD.

El inmovilismo es la disminución de la capacidad para desempeñar las actividades de la vida diaria debido al deterioro de las funciones motoras, como consecuencia de una degeneración y reducción de la actividad por desacondicionamiento.


Para que la movilidad sea correcta se requiere de coordinación entre la función sensorial, motricidad, condición física, cognición y estado de salud previo, asociado todo ello a ciertos condicionantes externos como la familiar y el entorno.


En el envejecimiento suelen darse una serie de cambios sobre todo a nivel fisiológico que hacen más difícil una correcta movilización, además de modificaciones en la marcha (aumento de sustentación, enlentecimiento, etc) que dificultan el manejo del equilibrio.

Las causas más frecuentes del inmovilismo en ancianos son:

-      Cambios fisiológicos: disminución masa muscular, disminución de sensibilidad propioceptiva, disminución de la capacidad aeróbica por disminución del gasto cardiaco, disminución del volumen residual por disminución de la elasticidad pulmonar, etc.



-      Enfermedades frecuentes: artritis, osteoporosis, fracturas, ACV, demencias, cardiopatías, EPOC, deficits sensoriales, causas psicológicas como el miedo a caer, neoplasias, causas iatrogénicas, etc.



-      Causas ambientales: barreras arquitectónicas que supongan obstáculos, inexistencia de elementos de ayuda como bastones, factores sociales, etc.





La inmovilidad en el anciano trae una serie de consecuencias de mal pronóstico y calidad de vida, lo cual las hace ser más importantes que la inmovilidad en sí. Suelen aparecer en periodos cortos de encamamiento. La siguiente tabla muestra las complicaciones más frecuentes.




Todo ello hace que sea realmente importante la elaboración de una historia clínica dónde se reconozcan las condiciones basales del paciente. Resulta de gran ayuda ya que nos permite conocer su capacidad de autocuidado e independencia para la realización de las AVD y AIVD.

Conocer el medio familiar y la situación mental-cognoscitiva del paciente también es de gran utilidad.
La exploración ha de ser muy completa y se deben emplear con frecuencia las escalas establecidas para la valoración de la movilidad y capacidad funcional.

El tratamiento principal del inmovilismo no es otro que llevar a cabo actividades de prevención y promoción para el mantenimiento de la movilidad del anciano, detectar de forma precoz enfermedades incapacitantes y factores ambientales asociados, fomentando siempre la actividad física y el ejercicio del paciente adaptado a su entorno, así como proporcionar educación sanitaria al anciano y a sus cuidadores.



Creo que la inmovilidad en el anciano desgraciadamente es uno de los problemas más frecuentes en este grupo de población, y bajo mi punto de vista ya hay ciertas enfermedades que no se pueden evitar, así que no deberíamos permitir que el inmovilismo sea una de ellas, ya que, que se produzca, depende en gran medida de nuestra actuación como profesionales sanitarios.

He podido ver en las clases de “cuidados en el anciano” que la inmovilidad a largo (o no tan largo) plazo produce una elevada morbimortalidad, por no decir el número de ancianos que acaban encamados e institucionalizados.
Por todo esto, creo pertinente realizar revisiones periódicas del estado funcional del anciano, así como a nivel psicológico y social, buscando siempre la valoración integral de éste.



Como enfermeros, debemos animar al anciano a mantenerse lo más independiente posible, activo e integrado en la sociedad (participando en actividades). Además de prevenir el inmovilismo, el anciano puede sentirse más útil y estar más feliz.
Ningún anciano quiere llegar a sufrir una pérdida de su independencia y autonomía, ya que pueden sentirse una sobrecarga para su familia.

No debemos olvidar que se trata de un grupo de población en el que debemos buscar la mejor calidad de vida posible y prevención de complicaciones, y qué mejor que mantener la movilidad del anciano.





EVIDENCIA CIENTÍFICA CONSULTADA:


- Osorno Chica DG, Morelo Negrete LI. Inestabilidad, caídas e inmovilidad en el anciano. 2006.

DISPONIBLE EN: http://www.facultadsalud.unicauca.edu.co/fcs/2006/marzo/inestabilidad.pdf


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