viernes, 4 de mayo de 2012

TEMA 10 DEMENCIAS Y ALZHEIMER.

 El Alzheimer es una enfermedad demencial que lleva a una pérdida de la capacidad intelectual. Los síntomas, que normalmente se presentan en adultos mayores de 65 años, pueden incluir pérdidas en las habilidades del lenguaje, como dificultad para encontrar palabras, problemas en el pensamiento abstracto, juicio pobre, desorientación en tiempo y espacio, trastornos de conducta y personalidad. El resultado general es una disminución de las actividades personales y en el desempeño del trabajo.



El hecho de que las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer se enfrenten diariamente a la pérdida progresiva de la capacidad para llevar a cabo las actividades habituales de la vida cotidiana, tiene un efecto importante sobre la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares. Si bien muchos pacientes con enfermedad de alzheimer viven en geriátricos, la mayoría son cuidados por sus familiar en el seno de la comunidad. A medida que los pacientes se hacen menos independientes, recae una mayor responsabilidad sobre el cuidador, quien a su vez está expuesto a un alto riesgo de enfermedades físicas y psicológicas. Estos efectos adversos sobre los cuidadores pueden acelerar la internación de los pacientes en instituciones geriátricas.

Por todos estos motivos, pienso que es una necesidad primordial capacitar al personal de enfermería en esta área para poder hacer frente a esta pesadilla a la que cada día se enfrentan nuestros anianos y lógicamente todos su familiares.

En la búsqueda bibliográgica que he realizado sobre el tema ha habido un artículo que me ha llamado la atención. Se titula "El profesional de enfermería y el Alzheimer" y fue publicado en 2005 en Nure Investigation. Me ha gustado porque es un artículo concreto, escrito en términos sencillos y dirigido a enfermería, en el que llevan a cabo una puesta al día sobre la importancia del papel que los cuidados de enfermería tienen en la evolución de la enfermedad, las fases de la misma y los diagnósticos e intervenciones a llevar a cabo, con ejemplos prácticos. a continuación, expongo un resumen de los puntos más interesantes del artículo.


En primer lugar, estos son algunos de los diagnósticos enfermeros más importantes ante una enfermedad de Alzheimer, sobre los cuales se desarrollarán las intervenciones:
  • Deterioro de la adaptación.
  • Aislamiento social.
  • Ansiedad.
  • Déficit de autocuidado.
  • Deterioro de la comunicación verbal.
  • Confusión aguda.
  • Desempeño inefectivo del rol.
  • Incumplimiento del tratamiento.
  • Deterioro de la interacción social.
  • Síndrome de deterioro en la interpretación del entorno.
  • Manejo inefectivo del régimen terapéutico.
  • Manejo inefectivo del régimen terapéutico de la comunidad.
  • Manejo inefectivo del régimen terapéutico familiar.
  • Deterioro del mantenimiento del hogar.
  • Mantenimiento inefectivo de la salud.
  • Deterioro de la memorial.
  • Trastornos de los procesos de pensamiento.
  • Protección inefectiva.
  • Deterioro del patrón del sueño.

En segundo lugar, las fases de la Enfermedad de Alzheimer son 3: fase inicial, fase media y fase final. En cada una de ellas es necesario llevar a cabo una serie de medidas por el profesional enfermero. 

 


Por último, me gustaría nombrar algunos cuidados de enfermería en ancianos con Alzheimer.

De inicio, hay que tener en cuenta los consejos siguientes:

  • Conservar la calma, de lo contrario le transmitiremos nuestro nerviosismo.
  • No intervenir sistemáticamente en su manera de vivir.
  • Dejarle tiempo para que realice lo que le hemos pedido hacer.
  • Encontrarle actividades sustitutorias.
  • Organizar su vida de forma rutinaria.



CUIDADOS EN LA FASE I:


Memoria:
Cuando oculta sus olvidos:
  • No intente razonarle.
  • recurra a ejercicios de memoria.
¿Qué se pretende con esta terapéutica?
  • Buscar  otras áreas cerebrales que no estén deterioradas por la enfermedad.
  • Favorecer el interés del enfermo por las cosas.
  • Contribuir a mantener los procesos de percepción, atención, aprendizaje, observación, etc.
Tipos de ejercicios:
  • Leer revista o periódico, 5 líneas, dos veces seguidas y animarle a que resuma por escrito o de palabra lo que ha leído.
  • Hacer puzzles simples de organizar.
  • Escuchar canciones que él o ella conozca.
  • Intentar dibujar de memoria los muebles de una habitación conocida.
  • Recordarle sistemáticamente sónde están los objetos que se utilizan varias veces al día: libro, bolso, gafas, ropa, etc.; poniéndolos siempre en el mismo sitio.
  • Nombre de personas: ayudarle a recordarlos valiéndose de fotografías de su familia, de amistades, compañeros de trabajo; ya que su memoria visual puede tenerla conservada.

  

  
CUIDADOS EN LA FASE II:


Memoria:
En esta fase y con respecto a la memoria existen una serie de ejercicios que también son aplicables durante la fase I.
Debemos recordarles, con frecuencia, el día en el que se encuentra (de la semana y del mes). Para ello es aconsejable poner en la casa y a su vista calendarios, relojes, etc.
Aprovechando cualquier conversación, es conveniente decirles si es por la mañana, tarde o noche. De este modo le ayudamos a orientarse en el tiempo. 

Orientación temporo - espacial:
Cuando deambule por la casa váyale diciendo: vamos a la cocina, vamos al salón, vamos al cuarto de baño, vamos al dormitorio. Así le ayudamos a orientarse respecto al espacio. 
Cuando decidamos acostarle, debemos recordarle que es de noche y que hay que dormir. Hacer que orine antes de acostarse, así evitamos que lo haga en la cama. Podemos inducirle al sueño, intentando sofronizarle, repitiéndole: está muy cansado, le pesan mucho los párpados, le pesan mucho los brazos, etc.


Ejercicios:
Se pueden combinar una serie de ejercicios de memoria y de motilidad. La finalidad de éstos es desarrollar la memoria al aprender y recordar una información durante un periodo de tiempo. 
Ejercicio de memoria:
  • Recuerde el numero 33.
  • Recuerde el refrán: a quien madruga Dios le ayuda.
Ejercicio de motilidad:
  • Inspirar - espirar.
  • Levantarse - sentarse.
  • Palmada por encima de la cabeza.
  • Levantar alternativamente los pies.
  • Tocar las puntas de los dedos delante de los ojos.
  • Cada uno de estos movimientos deben repetirlo al menos cinco veces.
 Le preguntamos: ¿Qué número le he dicho al principio que recuerde?, ¿Qué refrán le he dicho que debía recordar?

Otros aspectos:

  •  En cuanto a sus gestos y movimientos en esta fase, es necesario que le acompañemos en su deambulación para evitar sus caídas y ayudarle por si puerde el equilibrio, pudiéndose también ayudar él mismo con un andador.
  • Como puede perderse en trayectos habituales es conveniente que le pongamos un identificados, bien en una pulsera, un colgante o cadena y para que no pueda sentirse ofendido, lo haremos de modo que parezca un regalo por algún motivo especial.



CUIDADOS EN LA FASE III:


Comportamiento y memoria:
Cuando llora, grita, se agita, debemos mostrarnos siempre ante él con una gran tranquilidad y procurar darle carió y palabras afectuosas. 
En este periodo de la enfermedad tiene sus memorias recientes y remotas abolidas. Su lenguaje se transforma en un simple blabuceo, no controla sus gestos, comienza a tener dificultad para tragar por lo que suele atragantarse hasta con su propia saliva.
Sus actividades cotidianas desaparecen totalmente. suele estar ya encamado.
Los cuidados de enfermería van encaminados a subsanar todos aquellos problemas que conllevan la inmovilidad al enfermo.
  
Alimentación:
Con la alimentación se consigue fundamentalmente disminuir la degradación.
Es aconsejable una dieta rica en proteínas y pobre en grasas animales. 
Si todavía es capaz de comer por sí solo, dejarle elegir pero sin abusar, ya que el enfermo de Alzheimer es capaz de volver a comer dos veces sin sentirse saciado. 

Incontinencia urinaria:
El enfermo de Alzheimer al no controlar sus esfínteres, se orina y por ello es preciso dotarle de pañales y así evitar que se moje. Estos pañales deben der cambiados con frecuencia para evitar que se produzcan infecciones urinarias.
Debemos también observar, al quitarle el pañal, el olor y el color de la orina. Si el color fuera oscuro y el olor fuerte, nos debe hacer sospechar que el paciente tiene una infección urinaria. 

Fecalomas:
Hay un signo importante a tener en cuenta en la instauración de un fecaloma, y es que el paciente expulsa por el recto un contenido líquido que, equívocamente, nos hace pensar en una diarrea.
Ante esta situación debemos llevar a la práctica la extracción del mismo mediante la aplicación de un enema de limpieza. Todo esto se debe hacer con el enfermo encamado y colocándole una cuña debajo para la recogida de heces.

Úlceras por decúbito:
Estas lesiones podemos prevenirlas con los siguientes cuidados:
  • Tener una buena hidratación, procurando darle una ingesta de líquidos aproximada de 2 litros.
  • Aplicación de baño diario, encamado, con jabón neutro. Darle crema hidratante y masajes circulares.
  • Tener una buena alimentación, que aporte proteínas.
En el caso de que se hayan producido, deben curarse de la forma más adecuada.

Fisioterapia respiratoria:
En el enfermo encamado, y ene special con demencia, es frecuente la retención de secreciones pulmonares o de vías altas. Por ello es muy importante llevar a cabo fisioterapia respiratoria.
¿Cómo hacerla?
  • Colocarle en posición decúbito lateral (derecho y después izquierdo):
  • Con las palmas de las manos hacia abajo y en posición hueca, darlo golpes acompasados en la espalda durante un periodo de 10 minutos por cada lado.
  • Es conveniente ayudarnos al hacerlo con alcohol simple o alcanforado.
  • Se repite el segundo punto por delante.
 Con esta técnica conseguiremos movilizar las secreciones y favorecer que el enfermo tosa. En ocasiones deberemos ayudarnos de un aspirador de secreciones. Además, al no beber líquidos y por consiguiente no hidratar la garganta, las secreciones altas son más densas y puede tener dificultad para tragarlas. Como consecuencia, tiene dificultad para tragar y corre peligro de atragantarse con su propia saliva, aspiraciones, etc.


En resumen, la demencia tipo Alzheimer es un importante problema de salud en la población geriátrica actualmente.

El profesional de enfermería tiene un peso importantísimo mediante programas de atención independiente e interdependiente y siempre en coordinación con el resto de profesionales. En realidad, en la atención del paciente con demencia tipo alzheimer, forma parte de la justificación de la existencia del arte y ciencia de la Enfermería.

El enfermo de Alzheimer va a poseer una serie de necesidades alteradas que precisa ser tratadas, y eng eneral no existen fármacos específicos ni intervenciones quirúrgicas que las palien, sino que se tratan con cuidados de larga duración. Estos cuidados van a ir dirigidos a proporcionar bienestar al enfermo y a su familia, aumentar la calidad a la vida, impedir el sufrimiento y el dolor y ayudar a los pacientes a vivir y morir dignamente.



EVIDENCIA CIENTÍFICA CONSULTADA:

- Balbás Liaño V.M. El profesional de Enfermería y el Alzheimer. Nure Investigación (13), 2005.



- Esandi Larramendi N, Canga-Armayor A. Familia cuidadora y enfermedad de Alzheimer: una revisión bibliográfica. Gerokomos vol.22 no.2- Madrid jun. 2011.





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